martes, 13 de diciembre de 2011


Tengo que actualizar esto. Ponerle onda.
Hace mucho que no escribo. Un choto. Nada más que un diario, con anotaciones pedorras, de momentos o cosas no menos bizarras que aquellas (y estas) lineas. Hace mucho que no escribo. Y el diario... bueno, es una cosa un poco escabrosa.
La nada es tan placentera como incomoda. Nunca imagine que el silencio pudiera herir de tal manera. Los párpados se caen solos, como dormidos, cuando no hago más que caminar y caminar por cualquier lado. La impaciencia que me aplasta, se ha vuelto más pesada, más insistente en compañía de la nada idiota.
Aburrido. Y en silencio. ¿Acaso me estoy doblando?. ¿Quién juntará mi voz después del tembladeral silencioso?.
¿Acaso el frío que obtengo de los cuerpos se intercambia? ¿Se transforma?.
En el espejo, nada hay. Busco un reflejo. Nada.
En el horizonte, ¿qué hay? Llamo al eco. Silencio.

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