Hoy.
Me desperté. Me lavé la cara. Me puse el traje (sí, ahora soy uno más de aquellos chacinados, embutidos, formo parte del ejército de chorizos, de personas empaquetadas en la formalidad monocromática de la corbata y los trajes. Soy un embutido de tela [de un solo color -aunque con rayitas-]). Fui al laburo.
Salí del laburo. Fui a la facu.
Llegué a casa. Comí.
Ésto.
No leí una bosta, y ahora me acuesto para despertarme mañana y hacer, exactamente, lo mismo.
3 comentarios:
Al menos tenes este escape a la monotonía de la rutina, en la jornada diaria uno tiene q cumplir con ciertas formalidades ridículas.
pero...
por suerte nos queda la imaginación para superar la mediocridad de la realidad y el tufo de autómatas con los que debemos relacionarnos durante la jornada laboral
Abrazo, desde mi rincón imaginario!
Pensá que ahora podés rodearte de poderosos (?)
Y bueno, es tu presente! Seguro que con el tiempo se modifica man, de una! Lo que venga, andá a saber como será! Saludos!!
Te sigo en tu blog che y te invito a que pases por los míos. Son 2: http://facundohisi.blogspot.com y el otro http://facuyboro.blogspot.com
Suerte nene! Ciao!
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